Avanzando hacia atrás
Como el Cangrejo, los tiempos parecen estar avanzando..., pero hacia atrás.
Asumiendo que la tríada de Montesquieu sigue vigente en las democracias neoliberales de la vieja Europa (legislativo, ejecutivo, judicial), algo-bastante chirría, no obstante.
A la política la están retornando a siglos ha, mientras la economía, la suya, la capitalista, sigue avanzando en su depredación del planeta y sus pobladores, y ello no reporta más felicidad a más gente, sino más a los de siempre, acompañados, eso sí, de una cortecita de burgueses pequeño propietarios, pequeño inversores, pequeño consumidores, pequeño intelectuales, pequeño voceros; pequeños, mas como rebañito que son, hacen corrito, pero para que nada cambie más que cosméticamente: se amplían un poquito los márgenes, se amplía el número de plazas del club, pero sin alterar las reglas.
Así puestos, parece que, efectivamente, nada cambia, aunque sí lo hace, pero para volver atrás, para retroceder. El número de pobres, de apartados, de excluidos, de invisibles, no cuenta para nada, porque las relaciones se han individualizado: ya no existe una responsabilidad compartida, y todo depende de uno mismo (¿no son estos los valores impuestos por la cultura norteamericana, esa de las asépticas series televisivas, de las neutros filmes que copan las pantallas de los cinematrógrafos?) Si uno es pobre, es porque no se esfuerza; si no tiene trabajo, porque no lo busca lo suficiente; y etc. Y si quiere mejorar, que rece, que sea bueno, que ame a su familia y a su país, y que espere mejor vida en el más allá del Cangrejo, porque acá el pescado está ya vendido.
Alguien dirá que anda que no han avanzado las leyes de los países para que, formalmente, nadie se pueda quejar, mas ¿impera el imperio de la Ley? Obvio es que no, empezando por las bonitas literaturas que pueblan constituciones y declaraciones institucionales varias, por no hablar del abundante trabajo parlamentario que se gesta y aprueba en congresos, senados, parlamentos y ayuntamientos varios. Avanza la literatura, mas no hay voluntad de que se cumpla la minoración de las injusticias sociales varias (acceso a trabajo, vivienda, educación, sanidad, prestaciones, dignas), y el reparto de la riqueza mediante la planificación de la economía con fines sociales, porque la planificación económica para que los beneficios empresariales aumenten al 33% anual, esa sí que existe, es eficaz, y no tiene visos de caducidad. Se privatizan los beneficios, se socializan las injusticias: tal es la corriente del mundo después del abatimiento de uno de sus Muros, porque hay otros Muros que siguen en pie (el de Marruecos en el conquistado Sáhara), y otros se levantan (el del estado de Israel en Palestina).
Y alejan a la gente, pues, de LA POLÍTICA porque parecería que TODOS los políticos son iguales. Esto es un retroceso, buscado, calculado, como muy acertadamente ilustra la dolorosa cinta "Ciudadano Bob Roberts", para que la autonomía de la economía neoliberal no se vea atada por milongas democráticas. Cambiarán los actores, mas el juego parece marcado.
No es optimista, porque un un optimista es un pesimista mal informado; aunque claro que Gramsci dijo lo que dijo...
En ello estamos.
2 comentarios
(a) -
(a) -
Más nos valdría volver atrás, o avanzar tendiendo puentes, como algunos políticos.
Para ellos, la libertad; para los que piensan de manera difente. (RL?)