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"El Blogoximoron de Mijaíl"

De repente, el último verano

La crítica a este sistema económico capitalista del siglo XXI dista de ser una moda para vender rebeldía en forma de camisetas o pines, o una ocurrencia de innadaptados antisistémicos. Este verano ha dado noticias para mucho pensar, a pesar de que mucha gente hemos tenido eso que se llaman "vacaciones", y que la mayor parte de la Humanidad, si es que de la Humanidad hablamos, desconoce. Todos los veranos dan para ello, aunque se ha instalado en la conciencia de la población que hay algo que denominan "no hay noticias si no son muertes, catástrofes, asesinatos, atropellos, comasetílicos de famosos, perros que fuman o gatos que hablan". Qué gran conquista del capital haber instalado lo cutre, lo lumpen, lo "casposo" o "friki", que es como se dice ahora, la nada, en suma, en el centro del pulso social, de las conversaciones, de las redes sociales. Otra forma de romper la sociedad, de cuartearla en individualidades, en gustos particulares, en preferencias personales, en modelos adecuados a la forma de ser de cada uno. Los precios suben para todos y los salarios se contienen o rebajan para todos menos, claro está, para quien es afortunado y tiene fortuna que no es sino lo que otros no tienen. Pero no: resulta que todos somos uno a uno, que ya no hay clases sociales, que somos iguales en derechos y deberes, que todo depende de lo que uno se lo curra. Pues no es así, porque si no, no se explica uno que las desigualdades no hagan sino aumentar, que los pobres, cuando les dejan aparecer en los informativos, sean legión y legión. ¿Inexplicable? No, claro que no: el modo de producción los genera, durante el verano, el otoño, la primavera y el verano. Aunque no aparezcan en los informativos, ahora mismo se están gestando las reformas laborales a la baja, los expedientes de regulación, los despidos, los abaratamientos de costes laborales, los equilibriso financieros, los tijeretazos a las inversiones públicas. ¿Que no pasa nada en verano? Pues sí que pasa.

3 comentarios

N. -

Una misma revolución...

"El sueño no tiene vocales/ pero tiene llamardas y tambores mudos,/ y las mismas fogatas/ arden en las mismas cumbres "

M. -

O una misma.

N. -

"Camiando fui lo que fui" decía Silvio.
La revolución empieza por uno mismo, como diría él.